Llegada triunfal (Erin)

Aparcó su Jeep rojo en el aparcamiento del instituto. Suspiró y miró la hora, aun faltaban veinte minutos para que empezaran las clases. Había batido un record seguro. Tras levantarse casi media hora tarde gracias a que su hermana no lo había llamado y tener que asearse y arreglarse en apenas diez minutos, había conseguido llegar al instituto a tiempo. Se miró en el espejo retrovisor para ver si iba todo bien y después de comprobarlo, salió de su coche.

Mierda, mierda, mierda. No había podido pegar un ojo en toda la noche, me había desvelado mirando televisión. Por Dios, había sido una idiota; tuve que estar toda la noche haciendo zapping por que no podía dormir, y finalmente recurrí a la pocima mágica. El baño de agua caliente. No funcionó, por supuesto, así que me entretuve viendo como morían trágicamente todos los sobrevivientes del kilómetro 180. Una película tópica.
Frené de golpe, casi chocaba con un Jeep rojo. Me bajé a fijarme si todo estaba bien. Espera, ese Jeep me resultaba conocido. Ví al chico bajarse del auto y lo reconocí al instante.
-¿Aiden?- pregunté; había cambiado, pero seguía siendo el mismo.

Vió como un coche se acercaba peligrosamente al suyo, menos mal que el conductor freno en seco y no se llevó su pequeña joya por delante. Observó como el conductor se bajaba del coche, era una chica que le sonaba de algo. Cuando escuchó su voz, la reconoció por completo.

- ¡Erin!-Exclamó acercandose a ella y abrazandola, tan energico como siempre.

Reí, me había reconocido. Vino hacía mi y me abrazó. Seguía tan demente como siempre. Le correspondí el abrazo.
-Joder, es una suerte que no te hiciera papilla con mi auto- dije, divertida. Hace mucho tiempo que no lo veía.

Se separó de ella con una amplia sonrisa en su rostro. No había conseguido reconocerla porque había cambiado mucho, al menos para él.

- Sí, menuda tragedia para el mundo perderme.- Dijo dramatico, exagerando como siempre.